Al final no ganó, pobre. Y pobres los miles de españoles que esperábamos españolear de nuevo con la roja, esta vez con los colores de Ferrari. Y muchos nos preguntan por qué le sacamos tumbado a Alonso. Pues por que no es fácil sacar a un campeón que no ha ganado, a un triunfador sin medalla. Un tipo al que todo le entra por una oreja y no le sale nada por la boca. Con muchos coches en la cabeza y pocas ganas de hacer amigos.
Hasta el purasangre rampante se quedó bocabajo (codebar 36)
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