Ya somos tres, como en el anuncio de Ikea. Esquire, Robb Report y ahora Harper's Bazaar. Hoy sale a la venta la primera edición de la revista de moda mas sofisticada del quiosco. La mas sofisticada y la mas esperada. La edición española viene pegando fuerte, y quería presentarla desde el punto de vista del diseño, de la parte que nos toca. Y la frase "lo importante es la Didot" lo explica todo.
La dijo el padre de los directores de arte, el primero, Alexey Brodovitch. El hombre que inventó este oficio de locos en el que te peleas con los redactores, con los fotógrafos, con el director de la revista, con los maquetadores y con la imprenta. Pero también es el oficio que te da grandes alegrías, como la oportunidad de trabajar con los mejores, como Schoeller, como Ranking o como Dan Winters, o nuestros patrios Sergi Pons, Chema Madoz o Rafa Gallar.
Me encanta esa frase, y me encanta que sea la que ha elegido Andrés (Rodriguez, nuestro editor) para contar la historia de Harper's. No siempre se habla de como es una revista haciendo referencia a su tipografía. Se habla de la moda, de las portadas, de los personajes, la polémica ..., pero de la tipografía pocas veces.
Y la Didot es la madre de las tipografías. La tipo mas elegante del mundo, con su alternancia de palo fino y grueso.Las serifas mas finas y estilizadas le confieren su porte tan famoso. (parece que llegado a este punto, no se si hablo de la revista o de la tipo...., bueno, igual valen las palabras para las dos causas).
Os dejo con las del jefe en su presentación de la revista, contando la historia de la revista de moda mas antigua del mundo:
(...) “Lo importante es la Didot” (tipografía utilizada en Harper’s Bazaar desde sus comienzos), le dijo Alexey Brodovitch a un imberbe Richard Avedon para explicarle su trabajo. En 1993 un artículo del New York Times titulaba “Put on a Harper’s Face” (Ponle a su cara un poco de Harper’s), para explicar la influencia del estilo gráfico de la revista en las campañas globales de anunciantes como Nike o IBM. Algunos directores de arte se declaraban seguidores confesos de la revista, otros, más orgullos negaban haberla leído nunca. Imposible. Pero todos reconocían la influencia del primer director de arte del mundo, el ruso Alexey Brodovitch. El primero (al menos de la era moderna), era un emigrante feo y borracho, maltratador de asistentes y secretarias que tiraba los borradores de las páginas al suelo y las ordenaba como si de una baraja se tratase. Esta revista que lees ahora es la que le permitió hacerlo, la que creyó en él, la que publicó las fotografías de Brassai y Henri Cartier-Bresson que a su vez le dejaban al ruso cambiarle sus encuadres. ¿Te imaginas reencuadrar a Cartier-Bresson? (...)
Poco mas os voy a contar, en el quiosco la siguiente entrega.
Madre mía, cuánta historia.
ResponderEliminarEso díselo al dueño de mi periódico, que piensa que el diseño es lo menos importante. Tanto como para despedir al maquetador y dejar al redactor que se maquete sus páginas (un clásico en spain, vamos)...